13/12/07

La gloria y el oprobio

Hace cien años se iniciaba en el país una de las grandes osadías de su historia: el descubrimiento del petróleo y la gloria del desarrollo de la primera industria petrolera pública del mundo. Las primeras voces escuchadas en 1907 frente al hallazgo fueron detractoras: sostenían que ese petróleo no servía o que siendo un país agrícola y no industrial, el Estado no debía despilfarrar recursos en asuntos petroleros. Era la voz de los trusts que importaban crudo, contestada por un gran defensor del servicio público: el ingeniero eléctrico Jorge Newbery. Con Justino Thierry, escribe “El Petróleo” (1910), primer libro sobre los hidrocarburos argentinos reeditado por la Biblioteca Nacional. Prueban que nuestro crudo no es sulfuroso y aconsejan promover una ley que lo proteja, declarando a Comodoro Rivadavia reserva nacional. La investigación de Newbery influye en su amigo, el ingeniero militar Enrique Mosconi que con justicia, ha sido llamado el San Martín del siglo veinte. Exitoso organizador de la Fuerza Aérea, Mosconi fue nombrado por el presidente Alvear en 1922 al frente de una pequeña repartición: Y.P.F. Sin contar con inversión o apoyo técnico externo, como el Libertador en el Plumerillo, armó su propio ejército de trabajadores, técnicos e ingenieros. Mosconi y su compañero, el Gral. Alonso Baldrich, se llevaron la gloria de probar que era posible realizar la utopía de construir una gran industria petrolera: en 9 meses procesaron naftas y en dos años inauguraban la destilería de Ensenada. Fue una patriada solitaria: para destrabar los créditos del Banco Nación, su amigo Carlos Madariaga y otros, dieron como aval sus bienes personales. La epopeya fue tan exitosa que Y.P.F., promovió el desarrollo de la Patagonia, construyó miles de kilómetros de rutas, levantó cientos de ciudades, escuelas y hospitales, financió represas hidroeléctricas, el plan siderúrgico, aeronáutico y nuclear, investigación científica y técnica y antes de su destrucción, aventajaba técnicamente a Francia, España e Italia y les enviaba catalizadores para las naftas.

La permanente lucha de Mosconi y Baldrich enfrentó los planes de la Standard Oil que, asociada a la oligarquía salteña, impulsaba la provincialización del petróleo. Sabían que para vencer los trusts, los países latinoamericanos debían unirse. Se integran entonces al movimiento Alianza Continental, y en 1927 Mosconi viaja a Perú y México. Conoce al Gral. Lázaro Cárdenas, le transmite el ejemplo de Y.P.F. y convoca a la integración: “ Así como la emancipación política del continente se selló con las corrientes libertadoras de Bolívar y San Martín, realicemos nuestra independencia económica por la conjunción de nuestros ideales”. Pero su batalla más gloriosa la libró en el país cuando impulsa el debate por la nacionalización:“ Es menester acelerar la marcha hacia el Junín y Ayacucho económicos (…) terminando el ciclo que se inició en Buenos Aires el 1º de agosto de 1929 en que Y.P.F. rompe los trusts, tomando el contralor del mercado del combustible líquido..”. Su prédica da frutos: en 1936 Cárdenas nacionaliza el petróleo; diez años después, en Brasil, el Gral. Huber Barboza crea Petrobrás y el Gral. Perón “ Gas del Estado” . La Constitución de 1949, en su Art. 40, fijaba: “ Los minerales y caídas de agua, los yacimientos de petróleo, carbón y gas (..) son propiedades inalienables e imprescriptibles de la Nación” . Desde el conservador Figueroa Alcorta, los radicales Alvear e Yrigoyen, hasta Perón, Illía y Alfonsín, se construyó una gran política de Estado: los hidrocarburos eran un recurso estratégico al servicio de toda la Nación.

El oprobio antinacional comienza el 6 de septiembre de 1930, con el golpe militar del general salteño Uriburu, que viene a impedir el proceso de nacionalización. Dos días después, Mosconi y Baldrich fueron detenidos en la calle acusados de defraudación y de favorecer la infiltración comunista, por el acuerdo con la sociedad soviética Iuyamtorg que nos vendía crudo a mitad de precio. El peligro real era YPF: administrada por Mosconi, en 7 años había multiplicado 400 veces su capital. El legado del ejército de San Martín, Mosconi, Baldrich, Savio y Perón sería enfrentado por el ejército oligárquico y represor de los Uriburu, Aramburu, Onganía, Videla y Galtieri que, alentados por las petroleras, iniciaron el descuartizamiento de YPF. En los años 90 Menem lanza las privatizaciones y la provincialización del petróleo y la minería, que va a significarle al país una pérdida mayor que el total de la deuda externa. El oprobio del menemato es profundizado por Kirchner al transferir los yacimientos a las provincias; otorgar mayores beneficios a las petroleras; entregar la rica plataforma marítima, única área no concesionada; y dar luz verde a la compra del 25% de YPF-Repsol , apareciendo como comprador el banquero privado que administra los fondos de Santa Cruz, cuando puede comprarlo la Nación. Los agradecidos gobernadores Das Neves, Cobos, Romero, Feller, Saiz, Peralta o Sobisch, están prorrogando las concesiones de Menem hasta el 2047, incluido Cerro Dragón . Son reservas valuadas en u$s 140.000 millones que pertenecen a la generación de nuestros hijos.

Mientras el mundo entero disputa el petróleo y se asiste a guerras atroces, la clase dirigente argentina elude el debate y lo entrega. Mosconi decía en la Universidad de México: ” En torno del petróleo se han entablado las más tenaces luchas, métodos de posesión y dominio, torrentes de oro destinados a obtener la infidelidad, el soborno, y la alta traición de los encargados de custodiarlo; vemos a capitalistas, políticos, funcionarios y ministros, produciendo esta interminable serie de inmoralidades (..) es regla la conocida divisa “dividir para reinar”. Cuando la conciencia continental se moviliza y el 70% de nuestro país desea la nacionalización, no hay ninguna razón para no hacerlo. No debe perderse esta excepcional coyuntura: es hora de unirnos para recupererar una riqueza imprescindible capaz de terminar con la pobreza y permitirnos realizar las legítimas aspiraciones del pueblo argentino.

Pino Solanas (Presidente del M.O.R.E.N.O)
Publicado en Página/12 el 13/12/07

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